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'Cementerio de animales': Reseña de la novela, por Adrián Espindola


El 14 de noviembre de 1983, Stephen King publicó Cementerio de animales (título original en inglés: Pet Sematary), una novela de terror, cuya trama fue inspirada según comentarios del propio autor, en el cuento La pata de mono, del escritor británico W. W. Jacobs, y en un perturbador y casi trágico incidente, relacionado con uno de sus hijos mientras vivía con su familia en Bangor, Maine.


La novela se estructura desde el punto de vista argumental bajo un hilo conductor inquietante, que mientras evoluciona narrativamente la historia, tiende a acrecentarse y romper el eje normativo, dando pie al típico terror sádico y desinhibido de King. Curiosamente, la trama encuentra reminiscencias con una frase del escritor norteamericano H.P Lovecraft que reza: «La muerte es misericordiosa, ya que de ella no hay retorno; pero para aquel que regresa de las cámaras más profundas de la noche, extraviado y consciente, no vuelve a haber paz.», una afirmación macabra, pero sintética e ilustrativa del trasfondo sobrenatural y profano en el que se encuadra y desarrolla el argumento de Cementerio de animales.


La obra también profundiza enfáticamente en los temores fundados en la muerte, explicitando las terribles consecuencias de intentar entender y «jugar» con el misterio sepulcral y trascendente, que encierra la vida ultraterrenal.


Stephen King articuló magistralmente elementos del horror de corte macabro, y repulsivo, con una atmosfera de suspenso constante, amenazante, y sombría, coronando la novela con excelentes referencias a la ancestral historia de su Nueva Inglaterra natal, evocando las más oscuras leyendas folclóricas de los pueblos nativos de Norteamérica.


La novela nos relata la trágica historia de la familia Creed, integrada por Louis Creed, su esposa Rachel y sus dos pequeños hijos Eileen y Gage, quienes luego de mudarse de Chicago, se instalan en una reconfortante casa en un pueblo llamado Ludlow, en el estado de Maine, conociendo ese mismo día de mudanza a su vecino más cercano, un anciano llamado Jud Crandall, quien rápidamente se gana el afecto de Louis.


Las cosas marchan tranquilamente hasta que Church, el gato de la familia es atropellado por un camión en la peligrosa carretera que atraviesa el pueblo, muriendo instantáneamente. Louis, apenado por el inminente sufrimiento de su hija, decide enterrar al gato muerto en el cementerio de mascotas, un cementerio que los niños del pueblo construyeron para sepultar a sus animales, pero su vecino Jud Crandall se lo impide, proponiéndole en cambio sepultar al gato en otro lugar. Louis, muy a su pesar acepta la propuesta y guiado por Jud decide adentrarse en el bosque, hasta un sitio arcaico y profano, el antiguo cementerio de los indios micmac. Louis entierra el gato allí, sin imaginar las terribles consecuencias.


Un día más tarde, y para el asombro de Louis, Church aparece deambulando por la casa, con un caminar torpe, un olor nauseabundo y con una mirada extraña. Louis Creed lo había corroborado, el gato efectivamente había muerto y ahora aparecía frente a sus ojos, con unos ojos fríos e inanimados, y una agresividad que antes no poseía. Más tarde comenta sobre este hecho inusual a Jud, quien le revela que ese antiguo cementerio micmac poseía un poder ancestral, que tenia la facultad de revivir a los muertos enterrados allí y que los indios recibieron terribles consecuencias al abusar de su poder. Jud sabía sobre las propiedades de ese profano lugar de sepultura y compartió ese secreto con Louis para ahorrarle sufrimientos a su pequeña hija.


Un tiempo después la tragedia golpea a la familia Creed. Gage, el hijo más pequeño del matrimonio Creed muere en un accidente de transito, destruyendo inmediatamente las vidas de Louis y Rachel, y es en ese momento de dolor extremo en el que fuera de todo pensamiento lógico y ético, Louis empieza a barajar la posibilidad de enterrar el cadáver de su hijo en el cementerio micmac, porque quizás de esa forma podría llegar a «volver», tal como había hecho el gato Church con anterioridad.


Jud Crandall, alarmado trata de impedir la abominación que planea llevar a cabo Louis, contándole sobre el oscuro incidente protagonizado por Bill Baterman y su hijo Timmy. Bill Baterman era un lugareño del pueblo, que durante la Segunda Guerra Mundial decidió exhumar el cadáver de su difunto hijo llamado Timmy, muerto durante la guerra, y enterrarlo en el cementerio micmac, pero este, lejos de volver como una persona normal, resucitó como un ser lleno de maldad, y de instintos asesinos, es decir «tocado» por el Wendigo, la entidad maligna que maldecía el cementerio micmac. La resurrección de Timmy Baterman fue un acto abominable y terrible que terminó costándole la vida a Bill Baterman.


Louis hace caso omiso a estas advertencias y sumido en un frenesí de locura y adrenalina, decide desenterrar el cadáver de su hijo y enterrarlo en el cementerio micmac, desatando de ese modo el horror, en su más basta expresión.



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